S.S. FRANCISCO, EL PAPA DE LA ESPERANZA Y LA ALEGRÍA (I Parte)
In memoriam
De nuevo nos encontramos Entre laicos para conversar sobre el legado del papa Francisco, el papa de la esperanza y la alegría, quien de manera genuina trazó un nuevo camino para la Iglesia e impactó notablemente en la sociedad de las naciones del mundo. En esta ocasión lo haremos inicialmente con un repaso de sus publicaciones más trascendentes, pues la bibliografía referida al papa Francisco registra alrededor de 500 títulos durante los doce años de su pontificado. Como ustedes saben, el sumo pontífice se pronuncia a través de encíclicas, bulas y exhortaciones apostólicas, por lo que ahora nos ocuparemos solo de las obras que contienen los pilares de su misión.
La fe, la ecología, la fraternidad y el amor, son algunos de los temas que profundiza en las encíclicas y exhortaciones "Lumen Fidei" ("La Luz de la Fe"), "Laudato Si'" (“Alabado seas”), "Fratelli Tutti" (“Hermanos todos”), "Amoris Laetitia" (“La alegría del amor”), y “Dilexit Nos” ("Él nos amó"). Te invito a que las estudiemos y mientras tanto entendamos estas conversaciones como una motivación para que grupos de laicos las exploren y dialoguen sobre estos importantes documentos.
LUMEN FIDEI (La Luz de la Fe)
Comencemos con la primera encíclica del papa Francisco: Lumen Fidei, presentada el 5 de julio de 2013, pocos meses después de su elección como papa. Es la última de la trilogía sobre las virtudes teologales que inició su antecesor Benedicto XVI, con la caridad y la esperanza y terminó el papa Francisco en el contexto del Año de la Fe.
Te cuento que “La luz de la fe” es la expresión con la que tradicionalmente la Iglesia ha llamado al “inmenso don de Jesús, venido como luz al mundo” según el evangelio de Juan. Es con la fe como Dios ilumina el camino de todos los hombres. Según el papa Francisco la luz es propia de la fe porque ilumina y transforma toda la existencia del ser humano, y destaca que María, Madre de Dios, es la imagen perfecta de la fe. También nos enseña que “es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación”. Asimismo, desarrolla en la práctica la relación entre “fe y verdad”, entre “fe y amor” cuando nos dice que “la fe, sin verdad, no salva. Se queda en una bella fábula, la proyección de nuestros deseos de felicidad”. Finalmente nos llama a difundir la fe a través de la evangelización y se refiere a cómo vivir la fe en la familia, en las relaciones sociales, en el respeto a la naturaleza y en los momentos difíciles del sufrimiento y de la muerte.
EVANGELII GAUDIUM (La alegría del Evangelio)
Unos meses después, el papa Francisco publica la primera Exhortación Apostólica (24 de noviembre de 2013) después del cierre del Año de la Fe, sobre el anuncio del Evangelio. Y, es que al clausurar el Año de la Fe inició una nueva etapa evangelizadora, atravesada por la alegría del Evangelio, que marcó un nuevo camino en el trasegar de la Iglesia. La motivación de la misión de los fieles cristianos debe ser la alegría de creer. El Papa nos recuerda que, afianzados y fortalecidos en la fe, llegó la hora de iluminar y transformar, de salir y transmitir: «recobremos y acrecentemos el fervor, la dulce y confortadora alegría de evangelizar [...]. Y ojalá el mundo actual pueda recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo» [Evangelii gaudium, 10].
Dirigió la exhortación Evangelii gaudium a los obispos, presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y por supuesto a nosotros los fieles laicos. El documento está dividido en cinco capítulos, titulados «La transformación misionera de la Iglesia», «En la crisis del compromiso comunitario», «El anuncio del Evangelio», «La dimensión social de la evangelización» y «Evangelizadores con Espíritu». Es importante estudiarla para que vivamos de una nueva manera la misión evangelizadora que realizamos y la apliquemos en los distintos campos de acción.
Para la reflexión Entre laicos, debemos destacar la resignificación que hace del papel de las parroquias porque desempeñan un papel fundamental en la evangelización. El papa Francisco las concibe como «comunidades de comunidades» que son centros de acción misionera, no aislados del mundo, sino profundamente comprometidos con él (#28). Recalca la importancia de simplificar el mensaje del Evangelio en las homilías, centrándose en lo esencial, lo bello y lo necesario.
LAUDATO SI' (“Alabado seas”)
Dos años después (2015), el papa Francisco dio a conocer esta Carta Encíclica sobre el cuidado de la casa común (el medio ambiente). En ella hace un particular llamado preocupado por el desafío urgente de proteger lo que ha denominado «la casa común» como muestra de gratitud al Creador. Tiene como base el Magisterio social de la Iglesia y la dirigió a cada «persona que habita en este planeta» para animarnos a «tomar dolorosa conciencia, atrevernos a convertir en sufrimiento personal lo que le pasa al mundo, y así reconocer cuál es la contribución que cada uno puede aportar». Te cuento que se inspiró en El Cántico de las criaturas de san Francisco de Asís, no sólo para el título de este importante documento, sino también porque este santo es el referente por excelencia del cuidado de los seres vivos y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad.
Para muchos expertos, Laudato Si’ es la encíclica de mayor impacto en la humanidad por el momento histórico y la situación por la que atraviesa el planeta a causa de la crisis del calentamiento global.
Debemos estudiar esta encíclica porque en ella el papa Francisco nos invita con urgencia a que iniciemos un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta: (#14) “Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concientización. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva. Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades”.
Los invito a continuar con este repaso y su reflexión en una próxima edición de Entre laicos.
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